sábado, 10 de octubre de 2009

Becquer



Llegó la noche y no encontré asilo
¡Y tuve sed!... Mis lágrimas bebí.
¡Y tuve hambre!... ¡Los hinchados
ojos cerré para morir!...




Mi vida es un erial:
flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando mal
para que yo lo recoja.




Por una mirada un mundo;
por ua sonrisa un cielo;
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!




Tú eras el huracán
y yo la alta torre
que desafía tu poder:
¡Tenías que estrellarte o abatirme!...
¡No podía ser!

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